Ahí va caminando un chico sin sentido del estilo, mucho menos de la razón, ahogado en el rock y al parecer en licor. Es de noche, camina y es el típico barrio donde el miedo no existe, todos saben a lo que se atienen… a la fuerza del más poderoso, de aquel que posee el picahielos más filoso o la AK47 que logró conseguir a un par de kilómetros, en la frontera. Anuncios de bares, centros de recreación juvenil con muchachitas menores de edad, ebrias o drogadas; tal vez ambas.
No sabe dónde está, sigue caminando hasta topar con pared literalmente y el vómito llena la banqueta, esta vez la sangre apareció y creo que sus noches de punk, de rock, de alcohol y sexo llegaron a su fin; su vida fue corta, vivió rápido y murió joven. Excesos, helos aquí.
anónima Duarte.
1 comentario:
wow ...que vida!
Creo que lo envidio...
Buenas buenas letras alinna
como siemre un placer leerte
:D
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